Una tela en movimiento
por Vera Martín Zelich
Antes de recibir la invitación para escribir sobre la práctica de Milena Rossignoli ya nos habíamos visto en su taller de Hangar un par de veces. Estaba trabajando en las piezas para su próxima exposición. Aquellas primeras visitas fueron el inicio de una conversación a través de intercambios, referencias e imágenes, que ha quedado recogida en este texto. Poner este conjunto de contenidos en relación tiene como intención hacer un recorrido no cronológico o temático por su trabajo, sino a través de conexiones entre soportes, materiales, sensaciones y espacios. Añadir algo más a la mezcla.1
El primer encuentro con sus piezas fue en Raccoon.2
Ya entonces me pregunté qué papel tendrían el movimiento y el desplazamiento en su obra, cómo afectarían en su proceso. En muchas de sus instalaciones hay una potencia de movimiento recogida en la forma. Prácticamente cada día, desde hace unos años, Milena entrena el Aikido, un arte marcial japonés que se articula en torno a la caída, los tiempos de cada movimiento y la respiración. La práctica de este arte marcial ha influido en su obra de forma que la relación con el material se da a través de un lenguaje corporal y de movimiento que no deja de aprehenderse a lo largo del tiempo.
Las piezas con las que trabaja desde hace unos años son amplias y extensas. Aunque sean de dimensiones grandes, para ella es importante poder manipularlas y moverlas sin ayuda de otra persona. Así ocurre en Ukemi Ushiro Ukemi,3 donde ensaya formas de caída en su encuentro con materiales de diferente resistencia técnica, que estira, dobla y tensa.
Ukemi Ushiro Ukemi, Generación 2024, La Casa Encendida.
Creo que es una forma de control; si logro manejar la pieza solo con mi cuerpo, puedo trabajarla. Pero esto también me limita en la posibilidad de tener ayuda. Por lo general, prefiero trabajar sola, precisamente porque no me siento cómoda en ese dirigir a alguien. En mi caso la escultura es un proceso solitario, aunque estoy buscando otras salidas.
Respecto a la forma … hay ciertas intuiciones que persigo. Diría que son sensaciones de forma. Es el propio material el que me transmite esas sensaciones. Luego, el trabajo es encontrar cómo, de la nada, puedo llegar a esa forma intuida. Repetir, fracasar y repetir hasta que entiendo esa nada. Hasta que entiendo y manejo el material de una manera determinada. La forma a la que trato de llegar es el momento en el que la escultura se sostiene por sí misma y ya no me necesita.4
Para que esta conversación con la forma suceda se ha de entrar en un estado particular con las piezas y con los materiales en el taller, una relación no basada en la necesidad de solucionar o de responder a algo en concreto. Donde la relación con el tiempo también se abre.
El trabajo consiste en mantener un estado, no sé si de ánimo, mental o corporal. Mantenerse abierta, acoger. No se puede definir ese estado, a la que lo intentas desaparece. Esto pasa solo en la soledad. Si alguien me acompaña tiene que estar en ese mismo estado; si no, ya es totalmente otra cosa.
En una entrevista, el artista Gedi Sibony5 explica lo frustrante que le resulta no poder hacer que una escultura levite. Pero apunta que lo que sí logra es hacer que se sostenga, que exista independientemente. Se trata de acoger las cosas como vienen y trabajar desde ahí. No es una cuestión de accidentes o casualidades, sino que se trata de un deseo de conocer aquello que se tiene entre manos. Encuentro una relación en la manera en la que ambos, Milena y Gedi, se paran a observar la consistencia de los materiales, lo que estos contienen y pueden contener. Su historia, sus diferentes usos pasados y futuros. En el caso de Milena, la elección de los materiales no es fortuita, tiene mucho que ver con lo que pesan, con su elasticidad y su margen para cambiar de forma; materiales con memoria, pero de los que también se pueden borrar los gestos de lo que ha ocurrido. El cemento, las telas técnicas o las varillas de carbono son altamente susceptibles de cambiar de uso y forma porque en sí mismas ya tienen esa función múltiple de construir, unir y proteger.
Tengo varios recuerdos de cuando era pequeña e íbamos a la montaña con mi padre. Él siempre llevaba una mochila en la que guardaba un parapente. Al llegar a la cima le ayudábamos a desplegarlo y montarlo. Entonces, mi padre bajaba volando con su parapente y nos encontrábamos al bajarla montaña. La levedad de la tela, el poder desplegar algo tan enorme para que se convierta en un objeto que te permite volar, es algo que se me quedó muy adentro. Fue percibir el espacio, las dimensiones, el material actuando con el viento.
En 2021, Milena presenta en Océanomar6 Trikini, una pieza hecha con un retazo de tela verde flúor del parapente de su padre, que se activa por una persona en movimiento. El tejido se adapta al cuerpo a través de las cuerdas, y el viento le hace acoger un volumen cambiante. Es una tela en movimiento. En palabras de Alex Palacín, que se colocó dentro de la pieza: «Una fuerza uniforme y estable se puso a bailar conmigo, y de repente caminar se convirtió en una cosa de dos. Busqué la mirada de Mile para transportarle mi sorpresa y alegría, pero cuando la encontré, ella estaba absorta mirando una cometa».7
https://www.instagram.com/p/CwFLmqWKGSR/
Los colores de sus esculturas suelen ser neutros: grisáceos, pardos, rosados. En una ocasión Milena me comentó que no se paraba a pensar demasiado en este aspecto y que la variación en las tonalidades se da simplemente por el propio recorrido del material, por sus afecciones: la luz, la opacidad, el propio uso y desgaste de la superficie.
En su práctica es poco común dar con otras gamas de color. Esta apertura, cuando se ha dado, se ha movilizado en dos direcciones. Una de ellas tiene lugar cuando la elección de un tejido o soporte determinado ya viene con ese tono dado, como es el caso de Trikini o Decollo. Otras veces la apertura al color ha sido el resultado de la observación de las cualidades de un material, de sus posibilidades de variación y reacción a otros agentes. Por ejemplo, parte de su proceso con el cemento pasó por aplicar una pintura que reacciona con él de una forma determinada: cuando decidí «pintar» el cemento, utilicé una tinta que usan los grafiteros porque es muy negra y contiene anilina, el «Nero d’Inferno». La anilina provoca una reacción química cuando tratas de eliminar la pintura y el color cambia a un tono rojo con reflejos oleosos como la gasolina. He usado esta anilina pura muy diluida para teñir tejidos, algunos de ellas son las telas rosas que has visto en mi estudio.
Decollo, 2019.
Practice, 2020.
Craig Green es un diseñador de moda con el que Milena se siente muy afín por la elección y el uso que hace de los materiales. Tejidos técnicos que le permiten un juego ágil con la forma, y otros elementos como varillas, flecos o cuerdas que ofrecen un cierto tipo de movimiento y consistencia. En una entrevista, Green apunta que, durante el proceso de creación de una prenda, ya desde las primeras fases, le gusta observarla en movimiento y que, incluso antes de elegir los tejidos, simplemente hace el ejercicio de colocar una selección de papeles de colores con los que va a trabajar sobre la pared para ver cómo funcionan entre sí y qué ritmo generan entre ellos.
Craig Green, 2021.
Las dos piezas centrales que integran IRA elevare per impeto violento ahondan en un gesto que aparece en un trabajo anterior, Labena. Labena se desarrolla a partir de un pliegue en semicírculo que surgió probando las posiciones de una tela. Una vez aparece ese pliegue nace el deseo de sostenerlo y ampliar ese gesto centrándose en la línea y el movimiento. Así se constituye Labena, y se amplía a las dos piezas de IRA, en las que continúa la forma inicial y añade dos pasos, dos momentos. Como si un viento fuerte llegara y levantase la escultura. Identificar ese primer pliegue y estirarlo hacia una forma que se pueda desarrollar y transformar es, al fin y al cabo, reconocer algo muy sutil, como una vibración8 y trabajar a partir de ese impulso.
IRA elevare per impeto violento, 2022.
Labena, 2022.
Este conjunto de esculturas las lleva a cabo a partir de materiales ligeros y accesibles que utiliza de forma recurrente en su práctica: tela de algodón, fibra de vidrio, hilo y varillas de carbono. En los últimos años, Milena se ha trasladado de ciudad y taller con frecuencia, por ello los materiales con los que ha decidido trabajar son plegables, reutilizables, fáciles de transportar. Creo que tanto estos experimentos, como la necesidad de ligereza, de poder mover obra de manera fácil y sin daños, me llevó a tender a lo liviano. Es por eso que comencé a usar telas más ligeras. Al doblarlas y quedarse el pliegue marcado también acabé por integrarlo como parte del proceso. Otra de las razones, es la soltura que ofrecen estos materiales para entrar en un estado continuo de prueba y diálogo con ellos. Permiten hacer y deshacer, pensar el gesto en movimiento y fijarlo.
Laurence Louppe9 apunta que el objeto es un desvelador de los gestos que contiene dentro de sí, de la gestualidad latente en su fabricación y su manipulación. Las propuestas de Milena presentan una relación directa entre objeto y memoria que pasa por lo corporal. En el último tiempo, ha desarrollado una serie de piezas que están en relación con las proporciones del Tatami, un tapiz acolchado utilizado en Aikido que amortigua las caídas. Estas piezas planas, extendidas, operan como un elemento más del estudio; un sobresuelo por el que moverse y trabajar. La base de la instalación Ukemi Ushiro Ukemi es la superficie sobre la cuál, durante semanas, estuvo produciendo el resto de la escultura.
Tatami, 2018.
Taller a Hangar, 2024.
La caída, el peso y el suelo se encuentran en relación en su obra. Juntos, estos tres elementos, funcionan como un flujo que se repite trazando líneas ascendentes y descendentes, un hilo que se tensa y destensa. Tanto el Aikido como la danza son artes del movimiento, donde estas cuestiones mencionadas —el peso, el movimiento, la gravedad o el caer— son acciones y factores que forman parte de un lenguaje atravesado por el gesto. Louppe sitúa la caída, entendida como parte de un movimiento, en la liberación que ocurre cuando el peso del cuerpo se deja llevar por su propia propensión, siendo el suelo una superficie de rebote y transporte. Al trasladar, casi de forma literal, el Tatami al taller, Milena traza un espacio donde reverbera la sucesión de movimientos y códigos que practica en Aikido y que incorpora en estas últimas piezas.
Casi a punto de terminar este texto, quedo con Milena en el Dojo,10 donde ha estado entrenando durante la mañana, y caminamos juntas hacia Hangar, donde me enseña lo último que ha estado haciendo. Líneas que cortan el espacio como si un movimiento se hubiera fijado en diferentes planos. Estas nuevas piezas me recuerdan a otras de hace unos años, Dirección vapor, en las que las maderas dobladas por el efecto del vapor justo sobre ellas, se asoman desde la pared como articuladoras del espacio a través de gestos muy sutiles. Bajo nuestros pies hay un nuevo tejido que ha empezado a usar como suelo sobre el que trabajar. Parece papel, ¿verdad?
- En el texto con el que Anthony Huberman cierra la publicación Abbas to Yuki. Writing Alongside Exhibitions publicado por The Wattis Institute (2019) escribe sobre los posibles caminos y formas de hablar acerca de una exposición o práctica de un artista «…but it’s also about contributing an insight or two that adds something new to the mix».
- En septiembre de 2022 expone IRA elevare per impeto violento en Raccoon, un espacio independiente de exposiciones ubicado en Hospitalet, Barcelona, y dirigido por Margot Cuevas.
- Ukemi Ushiro Ukemi significa Caída por delante y caída por detrás. Esta instalación fue presentada en la exposición Generación 2024 en La Casa Encendida, Madrid.
- Los momentos del texto en los que se introduce la cursiva y la voz en primera persona son fragmentos recogidos de conversaciones con Milena.
- https://www.youtube.com/watch?v=4GZPpuoPR5Q&ab_channel=SculptureCenter
- En el verano de 2021 Mónica Planes, Alex Palacín y Margot Cuevas organizan Oceánomar, una obra colectiva performativa durante un día de playa, que cuenta con la participación de Álvaro Chior, Maria Diez, Anna Dot, Sofía Montenegro, Milena Rossignoli, Marcel Rubio, Anna Irina Russell, Alba Sanmartí, Anna Sevilla y Cristina Spinelli.
- Fragmento de un text personal de Alex Palacín, 2021
- «Una cualidad es una perturbación, es un cambio de tensión, un cambio de energía. Una cualidad es una vibración o millones y trillones de vibraciones. / El mundo está hecho de vibraciones». Gilles Deleuze, Cine I. Bergson y las imágenes, Cactus, Buenos Aires, 2009.
- Laurence Louppe fue una autora francesa especializada en estética y danza. Poética de la danza contemporánea. Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 2010.
- El Dojo es el lugar de entrenamiento de las artes marciales.